Luego de la paupérrima presentación ante Independiente, Racing recibía a Lanús en el Cilindro, que al saber de la derrota de River, tenía que empatar o ganar para quedar como único líder. El equipo de los Mellizos, es el que mejor fútbol desplegó hasta aquí y si bien mereció algo más que los de Luis Zubeldía, Racing se las arregló bastante bien para sacarle un empate.
El partido estaba aburrido, porque Racing le daba la pelota a Lanús para que la manejara, pero los Granates, en vez de subir la pelota por abajo, tiraban pelotazos que eran fácilmente resueltos por Ortíz (la figura) y Migliónico.
El triple cinco (Pelletieri, Bolatti, Zuculini), parecía solucionarle las cosas a Zubeldía, hasta que Regueiro se dio cuenta que las espaldas de García eran el punto débil y que Silvio Romero se haría un festín por ese sector.
Las más claras fueron un tiro de Rodrigo De Paul que encaró y llegó al área con chances de gol, pero su tiro se fue muy desviado. Y para Lanús, tuvo el gol Ismael Blanco, que tomó a la defensa muy mal parada, pero Saja se encargó de taparle el ángulo de tiro y ahogarle el grito de gol.
En los últimos minutos del PT, intercambiaron golpe por golpe, con una leve diferencia a favor de Lanús, ambos pudieron irse en ventaja, pero no lo concretaron en el marcador.
En el segundo tiempo Racing resignó toda chance de ataque, con Camoranesi ya cansado y con muestras de que no podía seguir en cancha, Zubeldía hizo entrar a Fariña y Pérez Guedes por Camora y Pelletieri, pero no influyeron nada.
Lanús seguía manejando la pelota de la mano de Reguiro y Pizarro y estuvieron muchas veces en las narices de Saja, que tuvo otra tapada increíble y muchas pelotas despejadas por la defensa que anduvo muy sólida.
Después de la traición ante Independiente, se jugó un digno partido ante el puntero, espero que a la actitud de hoy le agreguen juego y las cosas mejorarán, tanto en lo deportivo, como en la relación con la gente, que está muy dolida.
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