No estaba en los planes de nadie caer tres partidos de maneras consecutivas, pero se dió. Luedo de caer ante Estudiantes (0-1), Lanús (4-1) y ahora Tigre (2-1). No hubo respuesta del equipo, hubo desinteligencias varias, estupideces de parte de los jugadores y un arbitraje desastrozo que otra vez nos perjudicó a nosotros.
Sin Patricio Toranzo, el plan de Racing era que Yacib tome la pelota y abriera la cancha muy rápido hacia Iván Pillúd y Lucas Licht. La cosa iba saliendo bien, incluso Teo Gutiérrez tuvo un mano a mano que Daniel Islas contuvo.
A los 23m del PT, Mariano Pernía ingresó al arco y con un fuerte remate, puso el 1-0. A partir de allí el equipo se volvió loco, se desarmó y no creo casi chances de gol. A los 43m una falta de Licht, propinó su correcta amonestación, pero luego, el lateral aplaudió al juez que lo expulsó.
El ST arrancó de mal en peor, a los 5m Denis Stracqualursi de cabeza, puso el 2-0 con ayuda del arquero Roberto Fernández que salió a cazar moscas (¡no tenemos arquero!).
Racing comenzó a ir con alma, pero sin fútbol, sin ideas, esas que hasta aquí, ganando o perdiendo, siempre estaban. A los 31m Claudio Yacob, el mejor del equipo, descontó, pero ya no pudo empatarlo.
Solo hubo tiempo para que Tigre congelara el partido y que el inconciente de Luis Fariña se fuera expulsado a los 39m por una terrible patada.
Esta derrota fue la más preocupante de las cuatro que ya tuvimos, porque no hubo ideas, el equipo se desordenó demasiado y además se le soltó la cadena en varias oportunidades.
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