Algunos hombres del fútbol reniegan de trabajar la pelota parada, aunque sus equipos ganen por ese medio, por algo son catalogados como mentirosos. Pero a rigor de verdad esta en una arma mortal hoy por hoy y Racing la está usufructuando a las mil maravillas en el comienzo de la temporada.
De los tres goles que marcó en el torneo dos tuvieron derivación directa de un balón quieto: el gol de Aveldaño ante All Boys, luego de una ejecución de Bieler que dio en la barrera y el empate ante Boca de Yacob, después de que el Taca Bieler desviara en el primer palo un tiro libre pateado por Toranzo.
Pero también hay que decir que en el Torneo de Invierno, jugado en el Cilindro, Racing marcó dos goles y ambos por la misma vía: Martínez de cabeza ante Banfield, luego de un centro de Toranzo y Lugüercio en el empate ante San Lorenzo luego de un córner.
Racing debe crecer en el volúmen de juego porque un día la pelota no va a ingresar luego de un córner o un tiro libre, pero si se tiene especialistas como hacía bastante no se tenía hay que seguir machacando.
Hablando de los especialistas hay que remontarse en el tiempo para recordar viejos ejecutores: Rubén Paz, Rubén Capria, más acá en el tiempo Gerardo Bedoya (seguramente me olvidé de alguno, no se enoje hincha, tengo 27 años), y hoy tenemos a Patricio Toranzo, Lucas Licht, Claudio Bieler y Giovanni Moreno.
Nueva arma mortal, como decíamos, hay que usarla alternando los métodos, pero también hay que ejercer el juego de equipo, por que así como tenemos especialistas en pelota parada, también los tenemos para mecanizar un buen juego colectivo.
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