domingo, 23 de noviembre de 2014

LA MESA ESTÁ SERVIDA

Todo depende de Racing. Hoy había que ganarle a River, hasta hoy el puntero, y pasarlo para quedar como únicos líderes y depender de nosotros. Marcelo Gallardo priorizó el partido ante Boca por la Sudamericana y puso un equipo muleto para intentar mantener la punta y Racing debía ganar para ponerse la pilcha de candidato y lo hizo mostrando carácter, solidez, compañerismo, pero poco juego.

La fiesta antes del partido fue increíble, si la gente académica siempre le pone color en las malas, imaginese en la noche que podía quedar como uníco puntero. Globos, papelitos, humo de colores celeste y blanco y mucho canto.

Pero sin embargo, el equipo arrancó el cotejo algo nervioso, a los 3 minutos Augusto Solari se saca de encima a Leandro Grimi y remata encontrando a un Sebastián Saja que lo atoró a tiempo. Y unos minutos después, Osmar Ferreyra envía un tiro libre que Saja calcula horrible y en el rebote Ezequiel Cirigliano remata muy desviado.

Fue un PT demasiado malo, Racing por el sector derecho hacía agua, ni Gastón Díaz, ni Iván Pillñud estaban en su noche, para colmo Luciano Lollo no tuvo su mejor partido, así que se sufría por ese sector.

De todas maneras, a los 15' Díaz manda un centro que rebota en la marca del defensor visitante, pero le vuelve a quedar, manda un nuevo centro que Gustavo Bou erra, la intenta sacar Germán Pezzella, le queda a Diego Milito, Marcelo Barovero tapa, le pega a Funes Mori y se termina metiendo para el delirio de las 50 mil almas que empujaron la pelota hacia el arco de River.

El ST también fue malo, River se fue con todo en usca del empate, pero se encontraba con una muralla, que estaba parada muy atrás, pero que sin embargo, no pasó sofocones. Nico Sánchez fue impasable, tanto por arriba como por abajo y Grimi se acomodó y clausuró su sector.

A los 25' Diego Cocca mandó a la cancha a Marcos Acuña por Díaz para reforzar ese sector y Racing mejoró. Porque comenzó a tener la pelota, salía del asedio y podía lastimar de contra. 

Ezequiel Videla fue el estandarte del triunfo, quitó mil y una pelota y además entregó siempre bien y con críterio. Milito hace todo bien, recibe, hace jugar, habla cuándo debe, un verdadero líder.

River de desacía en centro intracendentes y Acuña tuvo un remate cruazado desde 30 metros que casi se cuela de un ángulo. El partido se diluía y eso hacía enloquecer a los fieles académicos.

Néstor Pitana marcó el final a los 50' del ST, un parto, pero se ganó que era lo importante, ahora somos candidatos, depende de nosotros y sólo de nosotros. Se viene Rosario Central, sigamos demostrando que somos un gigante.

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