Cuándo Llamil Simes le marcó el gol a Vélez en la inauguración del Cilindro, en 1950, no se imaginó que el club, 60 años después, estaría refundandose y tratando de salir de una situación muy complicada. Una situación que ni siquiera le hizo festejar el aniversario del estadio con una victoria, fue derrota 2-1 con Colón, otro equipo que venía en caída libre y que le dimos esperanzas.Se fue desinflando como un globo el equipo, porque arrancó bien, con Fariña que estaba iluminado, Licht, que de tres jugó mejor que cuándo lo hace más adelantado, haciendo todo bien y un Bieler que tenía ganas y movilidad para cortar la racha sin goles.
Todo lo bueno se fue por la borda a los 4m del PT, cuándo un error defensivo le permitió a Fuertes marcar el gol de la ventaja. Lo bueno fue que Racing siguió atacando, con más ganas que fútbol, pero metía en un arco a Colón, nunca se pateó tanto al arco, fueron llegadas muy peligrosas y Diego Pozo se convirtió en figura.
Recién a los 30m Bieler pudo empatar, recogió un rebote en el arquero y le dio con alma y vida para sentenciar el empate. Pero a los 41m Larrivey puso cifras definitivas, cuándo Castromán perdión una pelota en mitad de cancha y el contraataque fue excelente.
La nota mala del PT, además de la derrota, fue la lesión de Luis Fariña, que podría tener rotura de ligamentos. El pibe arrancó muy bien, pero las constantes faltas y la inoperancia de Laverni, nos dejaron con un jugador desequilibrante.
En el segundo tiempo, Racing siguió atacando, pero de manera más espaciada y con menos ideas. Colón tuvo algunos contraataques aislados para alargar la diferencia. Racing no supo empatar y los jugadores se fueron en medio de insiltos y silbidos.
El próximo partido será ante Estudiantes de La Plata, esperemos que el resultado sea nuestro.
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